Central Norte armó ayer el festejo en el Martearena, con la victoria que cosechó en el clásico frente a Juventud Antoniana por 2 a 0 y que significó lograr la clasificación a la siguiente fase del Federal A.
El cuervo ganó en forma merecida, porque consolidó el juego con un esquema que presentó el entrenador Víctor Riggio, para el beneplácito de su gente.
En cada rebote la pelota quedaba en poder de los hombres que dirige el Tano Riggio, que con una labor ordenada marcaban el ritmo de juego, cuidando la diferencia parcial y para no sufrir los sobresaltos que pudiera trastocar el plan de trabajo que se había puesto en práctica para cumplir el compromiso con el adversario de toda la vida.
Asi, Emiliano Blanco no consiguió marcar el segundo tanto, pero el 1 a 0 a favor de Central Norte, al final de la primera etapa y con el que se fueron al descanso, reflejó lo acontecido en la parte inicial del encuentro.
El Buitre Espeche buscó corregir los desajustes con los ingresos de Enzo Vargas por José Romero y Nahuel Duarte por Cristian Farías. Martín Correa se ubicó unos metros más adelante por derecha en la zona media y se vio cierto progreso, que no alcanzó.
El once azabache continuaba siento más punzante. Y no extrañó que Cristian Chavarría, que suplantó a Juan Carrizo, al capturar un balón de frente al arco de Bachke, con un remate junto al poste derecho ampliara las diferencias para el cuervo.
La fiesta se instaló en las tribunas con los colores negro y blanco, porque en forma anticipada se cumplió el primer objetivo de la clasificación, y cuando aún restan tres fechas para el final de la etapa clasificatoria las ilusiones empezaron a dar cabida a un anhelo que se viene postergando desde hace mucho tiempo en el club de barrio Norte.
Pero, internamente, hacia falta en Central Norte un triunfo así.