La lucha contra el dengue podría tener un nuevo aliado: los mosquitos rojos. Más de 10.000 de ellos fueron liberados en los últimos días en un barrio de la ciudad de Guaymallén, en Mendoza, en el marco de una experiencia que busca reducir la población del mosquito Aedes Aegypti, transmisor de la enfermedad. Se trata de una técnica llamada “del insecto estéril” que ya fue utilizada en la misma provincia contra la mosca de la fruta y en otros países como Brasil, Estados Unidos y México. Y cuyos primeros resultados podrían conocerse en noviembre.
La prueba corre por cuenta del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (Iscamen) que planea triplicar en un breve tiempo el número de ejemplares de mosquitos rojos en zonas rurales y urbanas de esa provincia, al tiempo que recomienda a la población no matarlos.
La iniciativa se puso en marcha en momentos en que comienzan los días de calor y el riesgo de dengue se incrementa de la mano de las altas temperaturas.
La técnica
Según explicaron los expertos a cargo de la experiencia, la técnica, que se denomina “del insecto estéril” consiste en la cría y liberación al ambiente de ejemplares de mosquitos machos que no pueden procrear.
Los expertos explican que se considera que al copular con las hembras silvestres, no se multiplicarán, de modo que se interrumpe el ciclo biológico natural. Aunque aún los investigadores que realizan los ensayos deberán demostrar la eficacia del procedimiento.
La técnica del insecto estéril, que ya fue probada para combatir la plaga de la mosca de la fruta, o Mediterránea, es un tipo de control biológico que propone la utilización de insectos para controlar su propia población.
Los mosquitos que son enviados al ambiente son esterilizados antes con rayos gamma y los investigadores los distinguen a través de un pigmento que usan para diferenciarlos de los ejemplares comunes.
Desde el instituto mendocino que lleva adelante la experiencia expresaron que ésta forma parte de una serie de ensayos, al cabo de los cuales se informarán los resultados y el alcance de las pruebas.
Los ensayos en curso forman parte de una investigación para evaluar si la técnica tiene un efecto beneficioso para bajar las poblaciones de mosquitos Aedes Aegypti, transmisor del dengue.
Los responsables de la experiencia indicaron que “de manera articulada con el Ministerio de Salud y diversas áreas de gestión de la Municipalidad de Guaymallén, se ha dado el primer paso para analizar el comportamiento del insecto producido en laboratorio en un entorno real, a partir de la liberación 10.000 mosquitos machos estériles de Aedes Aegypti pigmentados para su identificación en un punto central de Guaymallén”.
Según explicaron, al esterilizar a los mosquitos machos se busca reducir las poblaciones de mosquitos.
Agregaron que la hembra del mosquito es la que necesita alimentarse de sangre para desarrollar sus huevos y completar un nuevo ciclo de vida. Para eso la hembra puede picar a varias personas y así transmite el virus si es portadora.
Al emplear la técnica del insecto estéril, se hace primero una separación en la etapa de pupa del insecto, seleccionando los machos y eliminando las hembras . Más tarde los machos son esterilizados y marcados con pigmentos fluorescentes para diferenciarlos de los silvestres presentes en el ambiente donde se los va a liberar.
Tras eso, se liberan esos machos estériles, a los que se monitorea con trampas para adultos y ovitrampas.
Es este paso en el cual se evalúa la efectividad de la técnica, ya que los machos estériles compiten con los fértiles silvestres por el apareamiento con las hembras silvestres. Los huevos resultantes de esos cruces no son viables, no logran desarrollarse en larvas, destacan los expertos a cargo de la iniciativa.
Desde el instituto a cargo del trabajo destacan que solo se liberan mosquitos machos estériles, que no pican ni representan una amenaza para las personas.
“Los insectos estériles liberados no tienen la capacidad de establecerse en el ecosistema, por lo que no causan efectos adversos en el medio ambiente ni alteran su equilibrio natural”, indicaron.
En lo que hace a los resultados de la experiencia, los especialistas dicen que los primeros estarían disponibles en noviembre.
Aunque desde el organismo se advirtió que “se van a agilizar los tiempos”, también subrayaron que “constatar la eficacia dependerá de la biología del insecto y hasta de las condiciones meteorológicas de temperatura y humedad”.
Antecedentes
La técnica se probó en distintos países. Estados Unidos lo hizo en la Isla Captiva, en Florida en el marco de un proyecto piloto entre 2020 y 2022.
Allí se criaron y esterilizaron mosquitos machos en masa antes de ser liberados para que se aparearan con hembras salvajes.
Las liberaciones alcanzaron un punto máximo en el que se volcaban al ambiente aproximadamente 400.000 machos estériles por semana.
Esas liberaciones llevaron a una reducción significativa de la población en el primer año, 2020, y a una supresión completa en 2021 y 2022.
Fuente: Diario el dia