El pibe que empezó a jugar en los potreros del barrio Ceferino y se formó en los clubes San Antonio y Juventud Antoniana, hoy viste la camiseta de Argentinos Juniors y se entrena en el mismo lugar que los campeones del mundo.
“De verme en Salta jugando afuera de la casa, a verme hoy entrenando en el predio de la Selección”, expresó emocionado Mateo, que juega como enganche o extremo izquierdo y actualmente integra la octava división del Bicho de la Paternal, donde se destaca con el número 10 en la espalda.
El joven talento, nacido en abril de 2010, arrancó en el fútbol a los 6 años y rápidamente fue mostrando sus condiciones: goles, asistencias y una gran visión de juego. El 17 de mayo pasado marcó uno de los tantos en la victoria por 3 a 0 ante Belgrano de Córdoba, lo que coronó una racha destacada y lo puso en el radar de los técnicos de selecciones juveniles.
El martes 20 de mayo, Mateo recibió la noticia que cambió su vida: durante una jornada de entrenamiento en el club, le informaron que debía presentarse al día siguiente en Ezeiza. Un colectivo de juveniles pasó a buscarlo y desde entonces su historia empezó a escribirse con otros renglones.
“Es un sueño hecho realidad que solo Dios te lo hace experimentar y vivir”, expresó Elías, su padre, al conocer la convocatoria. “Más que feliz y agradecido por todo lo que hizo, hace y va a seguir haciendo. Solo hay que creer”.
La noticia llenó de orgullo a su familia, a sus compañeros de barrio y a todo el ambiente del fútbol salteño, que hoy sigue con atención el crecimiento de este pibe que no olvida de dónde viene. La imagen de Mateo con la indumentaria de la Selección circuló con fuerza en redes, como símbolo de que los sueños, con talento y sacrificio, se pueden alcanzar.
Fuente: Salta soy
