Ser madre a partir de los 35 años

Los cambios evidentes en la sociedad han dado un papel más predominante a la mujer, especialmente en el mundo laboral. Este puede ser tan solo uno de los motivos por los que la edad para ser madre se ha ido retrasando cada vez más. La mayor capacidad de elegir el momento oportuno para ser mamá, la posibilidad de acceder a estudios de mayor grado o la dificultad para ahorrar e irse de casa antes, son algunos otros motivos que podríamos esgrimir.

Lo cierto es que las agujas del reloj biológico que despiertan el instinto materno de las españolas cada vez se retrasan más. De hecho, un informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) que indica que la natalidad en España aumentó en 2024 por primera vez en una década, también advierte que el número de nacimientos de madres de 40 o más años ha crecido un 8,5% en los 10 últimos años. Sin embargo, aunque no haya una edad idónea definida para traer un bebé al mundo, sí conviene conocer los riesgos o posibles complicaciones asociados al embarazo y el parto a partir de cierta edad.

La fertilidad pasados los 35

Las tasas de fertilidad disminuyen notablemente con la edad (a partir de los 35 años el porcentaje de posibilidades de conseguir un embarazo es de un 10% mensual, que desciende al 1% después de los 45 años). A pesar de esto, muchos embarazos tardíos ocurren sin que se hayan planificado. A finales de 2009, por ejemplo, una mujer española dio a luz a su primera hija cuando ya había cumplido 46 años y, lo más sorprendente del caso, sin que hubiera sido consciente en ningún momento de estar embarazada, hecho que descubrió tres días antes del parto cuando acudió a su médico de familia porque se encontraba cansada y tenía un bulto en el vientre. Esta mujer, que llevaba más de 20 años casada y deseando tener descendencia, no es la única que lo consigue de forma natural y por sorpresa pasados los 40 años.

A partir de cierta edad, sin embargo, las mujeres suelen planificar el embarazo y, cuando se presentan dificultades, recurren a los tratamientos de estimulación ovárica o a las técnicas de reproducción asistida. Cualquier mujer que desee quedarse embarazada, con independencia de su edad, debería adoptar una serie de medidas antes de la concepción, que mejoraran su estado de salud y disminuyeran la posibilidad de que se presenten complicaciones durante el embarazo. Y esto es especialmente importante cuando la futura madre tiene más de 35 años, porque hay estudios que relacionan el incremento de la edad materna con una mayor incidencia de complicaciones como preeclampsia, diabetes gestacional, hemorragias, y partos prematuros o por cesárea.

Si bien es cierto que el envejecimiento afecta a todo el organismo, y con la edad somos más propensos a sufrir ciertas afecciones como hipertensión arterial o diabetes, una mujer de 30 años obesa y fumadora, por ejemplo, puede presentar un mayor riesgo obstétrico que una mujer de 40 años sin enfermedades previas, y con un peso adecuado y hábitos saludables. Por lo tanto, es necesario tomar cada caso individualmente.

Apartir de los 35 años disminuye la fertilidad, y también lo hace la calidad de los ovocitos. Los estudios indican que, además, aumenta el riesgo de problemas cromosómicos en el feto, como el síndrome de Down; aunque a partir de los 35 años también se produce un mayor número de abortos espontáneos, frecuentemente relacionados con los trastornos cromosómicos que presenta el feto. Así, si el óvulo es defectuoso, hay muchas posibilidades de que el embarazo no siga adelante y no llegue a nacer un bebé con este tipo de problemas. Sin embargo, hay que informar a la paciente sobre los riesgos de trastornos cromosómicos fetales, y las pruebas de diagnóstico prenatal que, como la amniocentesis, permiten detectar estas alteraciones.

Existe una prueba, la ecografía genética del primer trimestre, que se realiza entre las semanas 11 y 14, que evalúa el riesgo de sufrir problemas fetales cromosómicos, genéticos y congénitos, detectando ciertas características que, aunque no constituyen una malformación, están asociadas a un incremento del riesgo de padecer alguna anomalía cromosómica; si la prueba determina un riesgo elevado está indicado realizar la amniocentesis.

  • Las mujeres mayores de 35 años y, sobre todo, las mayores de 40, tienen más posibilidades de presentar complicaciones como:
  • Diabetes gestacional.
  • Hipotiroidismo o hipertiroidismo.
  • Preeclampsia (hipertensión inducida por el embarazo, unida a proteinuria o presencia de proteínas en la orina).
  • Aborto.
  • Parto prematuro.
  • Parto por cesárea.
  • Bebés con bajo peso.

En general, el embarazo en mayores de 35 años se complica si la madre presenta enfermedades previas, asociadas o no al envejecimiento natural, y se considera que un embarazo es de alto riesgo cuando la mujer tiene hipertensión arterial, diabetes, insuficiencia renal, trastornos cardiacos, enfermedades autoinmunes, obesidad, etcétera. Una vez descartada la presencia de problemas de salud en la futura madre y de problemas en el feto, y superado el riesgo de aborto del primer trimestre, hay muchas posibilidades de que el embarazo transcurra con total normalidad con independencia de la edad materna.

Fuente: Web Consultas

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