Boca Juniors enfrentó a Benfica en su debut en el Mundial de Clubes 2025, no pudo conseguir el triunfo y terminó empatando 2-2 en un partido en el que tuvo un hombre de más durante un buen rato del segundo tiempo.
Después de dos semanas de arduo trabajo bajo las órdenes de Miguel Ángel Russo, Boca tuvo su ansiado debut en Miami, donde la gente acompañó e hizo sentir al equipo como en La Bombonera.
El primer tiempo fue prácticamente ideal para Boca. Los primeros 15′, como era de esperarse, fueron de amplio dominio de Benfica, que se acercó con peligro al arco de Marchesín y hasta estrelló una pelota en el poste.
Con el correr de los minutos, el equipo de Miguel fue asentándose en el campo de juego y, apoyado en una hinchada que le hizo sentir el rigor a Benfica, se envalentonó pese a la pérdida de Ander Herrera, que por lesión pidió el cambio a los 18 minutos.
A los 22, llegó la primera gran alegría: tras un desborde clásico de Blanco, con caño incluido, el lateral izquierdo llegó a línea de fondo y mandó el centro hacia el primer poste, donde Merentiel, siempre Merentiel, le ganó la posición a Otamendi para puntear la bola y colocar el 1-0.
Desorientado, Benfica dejó de ser el mismo. Ya no dominaba ni podía romper líneas. Boca, sólido, corrió cada pelota como la última, con un desgaste fenomenal de Zenón y Velasco retrocediendo en los costados.
El segundo golpe, a los 22′, dejó en shock a los portugueses, mientras la gente de Boca hacía su fiesta a parte. Rodrigo Battaglia convirtió de cabeza, luego de que Ayrton Costa la bajara de cabeza, para meter su segundo gol con la camiseta de Boca. Este, en particular, muy especial.
Lejos de reaccionar, Las Águilas se quedaron sin ideas. Di María dejó de ser picante por banda y Pavlidis prácticamente no pudo hacer nada ante la férrea marca de Costa y Figal, de buena actuación.
La única mancha de ese primer tiempo ocurrió cerca del final. A la salida de un tiro de esquina, Palacios tocó a Otamendi, que se quedó tirado y fue beneficiado por el VAR. Palazuelos, juez del compromiso, sancionó pena máxima tras revisar en una jugada en el que Boca perdió dos veces.
Mientras se chequeaba, Ander Herrera, ya en el banco, perdió el control e intentó irse encima del juez, lo que le valió la tarjeta roja.
Para colmo, Ángel Di María hizo gala de su calidad y descontó, engañando a Marchesín y cambiando el penal por gol justo antes del final de la primera etapa.
En el complemento, la tónica fue similar a lo visto en los minutos iniciales. Benfica tomó la pelota, intentó ser amo y señor y acorraló a Boca, aunque sin situaciones claras.
Con un plan establecido, el Xeneize intentó replegarse para golpear desde las bandas, con velocidad, pero no terminó ocurriendo.
El punto de quiebre final llegó a los 71 minutos, con una acción en la que la tecnología, esta vez, ayudó a Boca.
Andrea Belotti, atacante que entró para disputar el segundo tiempo, fue expulsado con roja directa por una infracción dura sobre Ayrton Costa: levantó su pierna más de la cuenta, impactó la cabeza del zaguero con los tapones y se fue a las duchas antes de tiempo tras revisión del VAR.
Esto no impidió que Benfica siguiera con su libreto. Boca también se mantuvo en el suyo: defendió, trató de bloquear todos los huecos posibles y dejó la piel hasta el final.
Al final de cuentas, la insistencia de Benfica tuvo premio. A los 83, Nicolás Otamendi, uno de los más reprobados por la gente de Boca debido a su identificación con River, colocó el 2-2 con un testazo que quemó las redes de Marchesín.
Boca terminó el partido con una sensación agridulce. La buena, la de competir contra un rival que parecía imposible en los papeles y con un DT debutante, con poco tiempo de trabajo. Lo malo, un resultado que podría haber sido diferente por cómo se dio el desarrollo de los más de 90 minutos jugados en Hard Rock.
Un empate que, en la previa, todos ‘firmaban’, pero que ahora duele más por las formas. Para agregar una situación adversa más: Nicolás Figal terminó expulsado y se perderá la siguiente fecha.
Boca estuvo a la altura en su gran debut en el Mundial. No consiguió el triunfo, pero demostró que va a dar pelea y que no será un mero invitado más en este torneo de grandes equipos. ¿El próximo desafío? Bayern Munich.
Fuente: Espn