Halloween comenzó a instalarse como una celebración opcional y creativa, especialmente en ámbitos escolares y encuentros familiares en Latinoamérica. Aunque no se trata de una costumbre tradicional, cada vez más hogares ven en esta fecha una oportunidad para que los niños se diviertan, jueguen a disfrazarse y compartan dulces en un marco seguro y hogareño.
Ante esta tendencia, los disfraces caseros surgieron como alternativa práctica y accesible: permiten aprovechar materiales disponibles, reducir gastos y fomentar el ingenio colectivo. Preparar un atuendo con elementos reutilizables transforma la víspera del 31 de octubre en una ocasión para estimular la creatividad, compartir en grupo y crear recuerdos únicos sin necesidad de comprar disfraces comerciales
Qué se celebra en Halloween
El 31 de octubre se festeja Halloween, también conocido como Noche de Brujas, una celebración que fusiona rituales celtas ancestrales, costumbres cristianas y tradiciones populares.
Su origen se remonta a la festividad celta de Samhain, que marcaba el fin de la cosecha y el inicio del invierno. Los celtas creían que esa noche, el límite entre el mundo de los vivos y el de los muertos se desvanecía, permitiendo que los espíritus regresaran a la tierra.
Disfraz de fantasma
Para este disfraz se utiliza una sábana blanca vieja, a la que se le recortan aberturas para ojos y boca. Es una opción sencilla, rápida y de bajo costo que resulta ideal para ocasiones improvisadas.
Disfraz de monstruo
Mediante el uso de un pijama pequeño o gastado, se pueden añadir ojos, dientes y cuernos confeccionados en fieltro de colores. Esta alternativa permite personalizar el diseño según los gustos de cada niño.
Disfraz de esqueleto
Se recomienda un conjunto negro (como jogging, calza y remera) y retazos de tela o cartulina blanca recortados en forma de huesos, que se adhieren a la ropa. El maquillaje facial en blanco y negro ayuda a completar el efecto.
Disfraz de ladrón
Una camiseta de rayas, pantalón negro, una bolsa de tela con el símbolo “$” y un antifaz de cartulina constituyen la base de este atuendo simple y efectivo, ideal para quienes buscan una opción rápida y divertida.
Disfraz de araña
Requiere ropa negra y el uso de medias viejas rellenas (con tela, algodón o papel) cosidas o sujetas a los costados para simular las patas. Atando las extremidades adicionales a las muñecas se logra mayor realismo en el movimiento.
Disfraz de momia
Con vendas, tiras de sábana o gasa, se envuelve la ropa blanca del niño. Es posible dar un aspecto envejecido a las vendas sumergiéndolas en té. El resultado se potencia con maquillaje de ojeras oscuras en el rostro.
Disfraz de espantapájaros
Se recomienda emplear ropa vieja, paja o papel cortado en flecos para rellenar puños y bolsillos, y complementar con un sombrero o gorro. El maquillaje aporta un aire de personaje rural y artesanal.
Disfraz de muñeca de cuerda
Un vestido sencillo, guantes y una llave grande de cartón pintada en la espalda conforman la esencia de este disfraz. Las mejillas rosadas y las pestañas largas dibujadas en el rostro acentúan el efecto de muñeca antigua.
Disfraz de Frankenstein
Ropa oscura reutilizada, tornillos elaborados en cartón envueltos en papel de aluminio para el cuello y maquillaje facial en tonos verdes y negros son los elementos necesarios para recrear este clásico personaje.
Disfraz de Drácula
Para este atuendo se puede confeccionar una capa con tela negra (o bien, utilizar bolsas grandes de residuos limpias), sumar un cuello rojo con una bufanda o retazo de tela, y aplicar maquillaje pálido con detalles de sangre falsa en la boca.
Fuente: Infobae












