Los inversores, al enfocarse más en la economía que en el ruido político, ignoraron las declaraciones erráticas de Javier Milei, quien recomendó una estafa. Los grandes bancos de Nueva York, como Bank of America (BofA), Goldman Sachs y ahora J.P. Morgan, priorizaron la disciplina fiscal y desestimaron la controversia, pues respaldaron el trabajo hecho hasta ahora por la gestión libertaria.
Cabe recordar que el país se vio envuelto en una oleada de incertidumbre política y financiera tras un insólito episodio protagonizado por Milei, quien compartió información sobre una “memecoin” en sus redes sociales y cuyo precio experimentó un vertiginoso ascenso para colapsar apenas horas después, lo que generó un fuerte revuelo en los mercados y sacudió a la opinión pública.
El anuncio del mandatario sobre la criptomoneda desencadenó acusaciones de manipulación y fraude, aunque Milei desestimó tales señalamientos, y subrayó que la “transacción de alta volatilidad” había sido asumida en su mayoría por inversores extranjeros. Este hecho puso bajo el escrutinio tanto a las autoridades argentinas como a las estadounidenses, quienes iniciaron investigaciones para esclarecer posibles responsabilidades legales derivadas de la promoción y difusión de la “shitcoin” a través de redes sociales del jefe de Estado.
El episodio no solo agudizó el ruido político, sino que también influyó en la percepción de riesgo del mercado. Sin embargo, para J.P. Morgan, no hubo costo político alguno, o siquiera impacto en la imagen de Milei, pues en su último informe sobre la Argentina destaca que: “Ciertamente, la sensibilidad de las primas de riesgo a la tasa de aprobación de Milei es muy alta, por lo que la volatilidad del mercado es un resultado típico de este tipo de eventos”.